“Como regantes y agricultores de la zona estamos muy preocupados por esta situación, y más aún como habitantes y participantes del municipio de Yerbas Buenas luego de comprobar que lo que hace algún tiempo se veía como una amenaza, hoy ya es mucho más que eso”, reconoce al ser consultado por la puesta en marcha de un vertedero en la zona, un atribulado Demetrio Larraín Donoso, presidente de la Organización de Riego Maule Sur y presidente del Consejo Empresarial de la Escuela Agrícola de Yerbas Buenas.
Y la verdad es que ante tal panorama, hoy por hoy la comuna histórica y todos sus ciudadanos no lo están pasando nada de bien, al extremo de comenzar a instalar una serie de notorias pancartas y carteles por distintos puntos de la comuna (ver fotografía) con el fin de manifestar su molestia y temor ante esta compleja situación que amenaza seriamente el futuro de la agricultura familiar campesina y de algunos cultivos de exportación que se generan tanto en Villa Alegre como en la propia Yerbas Buenas.
Ocurre que “en los cerros de Quilipín, en el límite comunal entre Yerbas Buenas y Villa Alegre, ya se elevaron los permisos para la construcción o mejor dicho para el funcionamiento de un vertedero o depósito de basura. De ahí que nosotros estamos complicados por la contaminación de las aguas subterráneas y de las napas superficiales de riego, y también por la contaminación propia del medioambiente ya que los olores son importantes y hemos visto que en otros sectores de la zona de Talca, donde ocurre algo similar, hay un radio bastante importante que está afectado por todo esto, deteriorando el buen vivir que uno demanda como gente de campo”, agrega.
Larraín está consciente que es necesario ver cómo eliminamos la basura, “pero la gente de la ciudad tampoco quiere tenerla a su lado y dice ¡llevémosla a los campos!, perjudicando el quehacer del mundo rural, entonces, al final, ¿cómo logramos los equilibrios para que esto sea sustentable para todos? En definitiva, no me opongo a priori a que se maneje la basura pero obviamente hay que involucrar a todas las personas y partes que se verán afectadas y ver las compensaciones respectivas porque todos tenemos derecho a tener una vida acorde a nuestra opción, y la nuestra es la vida rural, y no porque en la ciudad no tengan dónde echar la basura la van a tener que venir a dejar a acá, afectando el sano vivir de nuestro sector agrícola”, insiste el dirigente.
Enseguida reconoce que “estos son vertederos particulares que funcionan en base a oferta y demanda, estando capacitados para recibir grandes cantidades de basura proveniente de distintas comunas y así serían varias las que se verían beneficiadas dada la cercanía porque en vez de llevarlas al lado de Talca, las traerían acá, entonces obviamente estamos ante un vertedero bastante grande”.
Finalmente, Larraín fue claro y enfático al asegurar que “la responsabilidad de uno es lograr que esto se detenga. Ahora, si uno es más fuerte que la parte urbana, lo veo difícil pero obviamente que nosotros vamos a agotar todos los medios para que realmente esto no se realice, y si finalmente se hace, entonces que estén las compensaciones que realmente demanda el sector agrícola”.