Es una lucha diaria y casi sin sentido o simplemente navegar contra la corriente, pero lo siguen haciendo, dentro de sus posibilidades.
Son los calicheros de la La Horca en Villa Alegre, los mismos que también son cuestionados por la extracción de áridos del sector, pero que por otro lado también intentan mantener el lugar lo más limpio posible.
Suena extraño pero es así. Y es que estos trabajadores que han encontrado aquí su medio de sustento deben luchar día a día con quienes, a veces desconocidos y muchas otras veces totalmente identificados, insisten en convertir a este punto del río Loncomilla, en un vertedero.
Al respecto Diter Warken, representante de los calicheros, señala: “La verdad es que esto nosotros no lo podemos parar ni regular tampoco, porque no nos compete en realidad, pero cada vez que vemos la basura que traen camiones y otro tipo de vehículos, nosotros tratamos de limpiar acá” indica.
Y es que curiosamente una de las obligaciones que tienen estos microempresarios es el tener el camino hacia el sector en buenas condiciones, lo que implica incluso el estar pasando con un camión aljibes dos o tres veces al día mojándolo, lo que significa en definitiva, contar con una vía en muy buenas condiciones para que cualquiera que quiera deshacerse de sus escombros o basura llegue hasta allá.
Sin duda la situación resulta paradójica, pero es así, por lo que los calicheros , armándose de paciencia, ponen sus recursos para, de tanto en tanto, ir tapando la basura y escombros que llegan todos los días hasta el lugar, en lo que es un cuento de nunca acabar y que cada día va aumentando la contaminación del río con materiales de construcción generalmente tóxicos como las planchas de de pizarreño, fabricadas con asbesto, hasta los restos de insumos de medicina que también suelen aparecen por ahí.
En tanto, Warken, mira con resignación los micro basurales que aparecen por doquier, al tiempo que comenta:” Debiera haber alguien que….” Y calla por un momento, para luego continuar:” No creo que exista autorización para venir a botar esto aquí, pero nosotros no lo podemos parar. Lo único que podemos hacer es aprovechar la máquina para limpiar un poco “ refiriéndose a la única retroexcavadora que poseen.