Nuevamente fueron las redes sociales las que se encargaron de hacer el milagro, más de treinta personas incluso algunas que de Santiago y que hacía más de diez años no visitaban la comuna aceptaron el desafío , cansados de tanto protestar a través de Internet o personalmente y ver que nadie en definitiva hacía nada por ponerle punto final al problema de la contaminación en el río Loncomilla, decidieron tras una idea lanzada por Facebook, organizar una minga de limpieza en el sector de la balsa El Peumo.
Fue así que la idea prendió rápido y muchos dijeron que era una iniciativa increíble y que sin duda había que hacerla y se hizo, así simplemente con el apoyo de particulares que donaron los guantes y las mascarillas para los voluntarios, algunos refrescos y sándwiches para reponer las energías y las gestiones personales de una funcionaria municipal, también comprometida con el tema, la que consiguió que la empresa Starco, facilitara un camión recolector de basura.
Y así, trasnochados la mayoría, ya sea porque se quedaron hasta tarde en el festival de la Naranja o porque viajaron desde lejos a ayudar y llegaron a las tres o cuatro de la mañana a Villa Alegre o porque les correspondió trabajar de oche, de todas maneras llegaron hasta el lugar del compromisos y decididos a devolverle su dignidad a ese río generoso que es parte de nuestra historia, comenzaron la labor de limpieza, misma que se prolongó hasta pasado las 14 horas bajo un fuerte sol de verano.
El resultado de todo esto fue más de ocho toneladas de basuras recolectadas y enviadas a un vertedero autorizado. También lo fue el mensaje claro y directo a la comunidad y en especial a las autoridades: Basta de permisividad, basta de basuras en nuestro río.
Sin duda que este operativo de limpieza que nació solo del deseo de muchas personas por recuperar lo que es de todos, no es suficiente para lograr el objetivo, ya que solo se logró y no con poco esfuerzo, limpiar un punto en donde ya se concentraba la mayor cantidad de desperdicios, pero aún quedan muchos micro basurales en toda la comuna, tanto en el mismo sector de la balsa, como también en La Horca o los caminos cercanos al casco urbano como Rincón de Lobos, Huraculen o Francisco Encina , los que han surgido gracias a la incultura de algunos, el silencio de otros y la falta de voluntad de las autoridades por ponerle fin a este problema.
Pero quedémonos con lo positivo: Hubo un grupo de personas, todas particulares que optaron por dejar de quejarse y hacer algo por fin por nuestro río y claros de que esto hay que continuarlo.
El guante fue lanzado al rostro de la comunidad y las autoridades por lo que ahora les corresponde a ellos elegir las armas y contestar este desafío.